Vestido de XV Años
Desde que tenía 13 años Lizzie sabía que vestido de XV Años iba a usar. Cuando su hermana cumplió sus 15, ella se enamoró de un vestido color coral y en ese momento decidió que ese era el vestido perfecto para cuando ella cumpliera a sus 15 primaveras.
Lizzie finalmente llegó a los preparativos para su fiesta de XV años y nunca olvidó aquel vestido; el problema fue que, con el pasar de los años, la moda había cambiado y no encontraba el mismo estilo que la había cautivado. Hizo que su mamá la acompañara por todas las tiendas de la ciudad pero sin éxito. Lamentablemente, todo lo que se probaba no le gustaba, porque ella estaba empeñada en encontrar aquel viejo modelo que ya nadie vendía.
Este problema tenía bastante preocupadas a Lizzie y a su mamá porque el salón, las Iglesia y hasta las invitaciones ya estaban listos, solamente faltaba el dichoso vestido.
Su mamá le dio la alternativa de mandarlo hacer o buscar alguno que se pareciera en las casas de renta de vestidos, pero Lizzie se negó. Ella estaba segura de que lo encontraría y siguieron visitando todo establecimiento que tuviera a la venta vestidos de fiesta.
Finalmente, un sábado por la mañana, encontraron en una tienda, a una vendedora que escuchó amablemente la descripción que Lizzie le daba del vestido. La señorita inmediatamente fue al almacén y regresó con dos grandes cajas blancas.
En la primera caja estaba el vestido que Lizzie buscaba y casi lloró de la emoción. Inmediatamente se lo probó. Sin embargo, al verse al espejo no era lo que esperaba. Era igual de hermoso que en sus fantasías pero había algo raro. Se veía anticuado.
La vendedora, experta en este tipo de situaciones, le comentó que a veces el vestido soñado no siempre era el indicado y por eso le había traído otro más, para que también se lo probara.
Este otro era uno color rosa pálido con pequeñas flores como detalles. El corte era tradicional pero con un estilo muy actual. Lizzie se lo probó y su cara al verse en el espejo se iluminó con una sonrisa radiante. Este vestido era precioso. Le quedaba exacto y además resaltaba el color de su piel. En una palabra este vestido si era perfecto.
Al final, Lizzie tuvo la fiesta de XV años perfecta que había soñado. Y la moraleja de esta historia es que a veces es necesario buscar y buscar el vestido perfecto para que este te encuentre a ti.
Autor: Lucy Gaytan